VI. Casida de la mano imposible

Yo no quiero más que una mano;
una mano herida si es posible.
Yo no quiero más que una mano
aunque pase mil noches sin lecho.

Sería un pálido lirio de cal.
Sería una paloma amarrada a mi corazón.
Sería el guardián que en la noche de mi tránsito
prohibiera en absoluto la entrada a la luna.

Yo no quiero más que esa mano
para los diarios aceites y la sábana blanca de mi agonía.
Yo no quiero más que esa mano
para tener un ala de mi muerte.

Lo demás todo pasa.
Rubor sin nombre ya. Astro perpetuo.
Lo demás es lo otro; viento triste,
mientras las hojas huyen en bandadas.

Tema

La imposibilidad de la amistad pura.

Versos 1-4

Yo no quiero más que una mano;
una mano herida si es posible.
Yo no quiero más que una mano
aunque pase mil noches sin lecho.

El poeta no busca ya un cuerpo ajeno, por erotismo o amor, sino tan solo una mano amiga que lo acompañe. Quiere que esa mano haya sufrido por causa del amor como él («una mano herida»), para ser comprendido.

Por una mano así, el poeta sería capaz de renunciar para siempre al sueño y al sexo («mil noches sin lecho»).

Versos 5-6

Sería un pálido lirio de cal.
Sería una paloma amarrada a mi corazón.

Esta mano que haya renunciado al erotismo y a la sexualidad se volvería blanca, pura («pálido lirio de cal»), apacible ( «una paloma»).

Versos 7-12

Sería el guardián que en la noche de mi tránsito
prohibiera en absoluto la entrada a la luna.

Yo no quiero más que esa mano
para los diarios aceites y la sábana blanca de mi agonía.
Yo no quiero más que esa mano
para tener un ala de mi muerte.

Esta mano de amistad protegería al poeta de los tormentos de la luna a su cadáver cuando muriese.

Versos 13-14

Lo demás todo pasa.
Rubor sin nombre ya. Astro perpetuo.

«Lo demás», el sexo, el erotismo, el amor, tiene un final inexorable: desaparece, «pasa».

El rubor que produjo el amor es ya algo olvidado, anónimo («sin nombre»), que ha muerto para siempre, convertido en luna («astro perpetuo»).

Versos 15-16

Lo demás es lo otro; viento triste,
mientras las hojas huyen en bandadas.

«Lo demás», el sexo, el erotismo, el amor, es algo que ya no atañe al poeta («es lo otro»).

Frente a la mano de la amistad pura, el amor es algo pasajero («viento triste») que hace sufrir al ser humano («las hojas huyen en bandadas»).

Interpretación

El poeta sueña con que se le tienda una mano que sea solo fruto de la amistad, pura, que lo protegiera en su muerte. Esta mano habría sufrido por amor, pero habría dejado atrás ese sufrimiento, igual que el poeta. Porque el amor, el erotismo y el sexo son «lo otro», algo pasajero que hace sufrir, ya olvidado.

Sin embargo, como reza el título del poema, semejante amistad es imposible.