VIII. Gacela de la muerte oscura

Quiero dormir el sueño de las manzanas,
alejarme del tumulto de los cementerios,
quiero dormir el sueño de aquel niño
que quería cortarse el corazón en alta mar.

No quiero que me repitan que los muertos no pierden la sangre,
que la boca podrida sigue pidiendo agua.
No quiero enterarme de los martirios que da la hierba
ni de la luna con boca de serpiente
que trabaja antes del amanecer.

Quiero dormir un rato,
un rato, un minuto, un siglo,
pero que todos sepan que no he muerto
que hay un establo de oro en mis labios
que soy el pequeño amigo del viento Oeste
que soy la sombra inmensa de mis lágrimas.

Cúbreme por la aurora con un velo
porque me arrojarán puñados de hormigas
y moja con agua dura mis zapatos
para que resbale la pinza de su alacrán.

Porque quiero dormir el sueño de las manzanas
para aprender un llanto que me limpie de tierra,
porque quiero vivir con aquel niño oscuro
que quería cortarse el corazón en alta mar.

Tema

Deseo temeroso de la muerte para hallar la calma.

Versos 1-2

Quiero dormir el sueño de las manzanas,
alejarme del tumulto de los cementerios,

Las manzanas, aun muertas cuando son arrancadas del árbol, su fuente de vida, siguen teniendo un aspecto rollizo y tranquilo.

Versos 3-4

quiero dormir el sueño de aquel niño
que quería cortarse el corazón en alta mar.

El inocente que se suicida es el único que puede tener una muerte tranquila.

Versos 5-6

No quiero que me repitan que los muertos no pierden la sangre,
que la boca podrida sigue pidiendo agua.

El poeta cree que un cuerpo que aún contiene sangre puede sentir una sed devoradora, aunque externamente la boca parezca putrefacta.

Versos 7-9

No quiero enterarme de los martirios que da la hierba
ni de la luna con boca de serpiente
que trabaja antes del amanecer.

El poeta explica los tormentos que piensa que le aguardan al ser humano después de muerto:

  • El martirio de la hierba devorando su cadáver.
  • La tortura de la luna de madrugada, convertida en serpiente.

Versos 10-12

Quiero dormir un rato,
un rato, un minuto, un siglo,
pero que todos sepan que no he muerto

El poeta quiere una muerte que sea como un sueño tranquilo, tan purificador para su dolor que ningún otro ser humano lo considere fallecido («que todos sepan que no he muerto»).

Versos 13-15

que hay un establo de oro en mis labios
que soy el pequeño amigo del viento Oeste
que soy la sombra inmensa de mis lágrimas.

Se muestran imágenes que otorga el estado de paz que supone esa muerte tranquila anhelada:

  • Los labios del poeta ofrecen el cobijo y el alimento de un establo repleto de paja dorada.
  • Podría disfrutar del viento.
  • Incluso experimentaría la enorme pena que, aun estando vivo, arranca lágrimas de sus ojos.

Versos 16-19

Cúbreme por la aurora con un velo
porque me arrojarán puñados de hormigas
y moja con agua dura mis zapatos
para que resbale la pinza de su alacrán.

El poeta explica más temores que espera de la muerte intranquila: que su cadáver sea pasto de hormigas o de alacranes.

Versos 20-23

Porque quiero dormir el sueño de las manzanas
para aprender un llanto que me limpie de tierra,
porque quiero vivir con aquel niño oscuro
que quería cortarse el corazón en alta mar.

Por último, se vuelve a expresar el anhelo de la muerte tranquila e inocente, que le permitiría aprender a llorar limpiando toda culpa pasada.

Interpretación

El poeta sufre tanto que anhela morir, siempre y cuando la muerte sea como un sueño tranquilo, inocente, olvidado, igual que la del niño que se suicida. Pero teme que la muerte traiga torturas y tormentos peores que el dolor que siente estando vivo.