Por el arco de Elvira
quiero verte pasar
para saber tu nombre
y ponerme a llorar.
¿Qué luna gris de las nueve
te desangró la mejilla?
¿Quién recoge tu semilla
de llamarada en la nieve?
¿Qué alfiler de cactus breve
asesina tu cristal?
Por el arco de Elvira
voy a verte pasar
para beber tus ojos
y ponerme a llorar.
¡Qué voz para mi castigo
levantas por el mercado!
¡Qué clavel enajenado
en los montones de trigo!
¡Qué lejos estoy contigo!
¡Qué cerca cuando te vas!
Por el arco de Elvira
voy a verte pasar
para sufrir tus muslos
y ponerme a llorar.
Tema
El anhelo de conocer a un amor secreto y el dolor que produce no hacerlo.
Versos 1-4, 11-14, 21-24
Por el arco de Elvira
quiero verte pasar
para saber tu nombre
y ponerme a llorar.
Por el arco de Elvira
voy a verte pasar
para beber tus ojos
y ponerme a llorar.
Por el arco de Elvira
voy a verte pasar
para sufrir tus muslos
y ponerme a llorar.
El poeta acude al arco de Elvira para ver a una persona desconocida de la que se ha enamorado. Ansía conocerla («saber tu nombre»), consolarla, enjugar sus lágrimas («beber tus ojos») y sentir —o sufrir— el contacto de su cuerpo («sufrir tus muslos»).
Versos 5-10
¿Qué luna gris de las nueve
te desangró la mejilla?
¿Quién recoge tu semilla
de llamarada en la nieve?
¿Qué alfiler de cactus breve
asesina tu cristal?
La persona a quien el poeta quiere conocer tal vez es víctima de otros amores, que han empalidecido su rostro ( «desangrado la mejilla») y herido su sinceridad («tu cristal»).
Por otro lado, las ardientes palabras del poeta («semilla de llamarada») han caído en saco roto, ignoradas («en la nieve»).
Versos 15-18
¡Qué voz para mi castigo
levantas por el mercado!
¡Qué clavel enajenado
en los montones de trigo!
La persona que atrae al poeta sabe de su amor oculto por ella, y lo explica entre la multitud que acude al mercado ( «levantas por el mercado»).
Esto produce al poeta un enorme dolor, que lo hace verse rojo de vergüenza («clavel enajenado») entre los rostros grises del mercado («en los montones de trigo»).
Versos 19-20
¡Qué lejos estoy contigo!
¡Qué cerca cuando te vas!
El poeta explica la paradoja del amor: cuando no se tiene, se quiere; cuando se tiene, no se quiere.
Interpretación
El poeta quiere conocer a una persona de la que se ha enamorado, quien, a su vez, sufre de otro amor. Sin embargo, esta persona no solo no le devuelve el amor, sino que lo ridiculiza en público.
Conocerla personalmente haría llorar al poeta, no soportaría el amor ardiente que siente por ella.